Helios

Hijo del titán Hiperión y de su hermana Tea, o bien de Eurifaesia.

Es la personificación del Sol.

Una fábula asegura que el Sol pereció asfixiado por los titanes, siendo recibido en el Olimpo con la categoría de un dios, y desde entonces se conoció con el nombre de Helios. Cada amanecer surgía del Océano por la parte de Oriente, y diseminaba su luz sobre la tierra, calentando a los hombres y a los dioses, y permitiendo así la supervivencia de las especies que pueblan el planeta. Al anochecer se sumergía de nuevo en el océano, esta vez por la parte de Occidente.

Creían los antiguos griegos que Helios surcaba los cielos conduciendo un carro de oro que había sido fabricado por Hefesto, y que estaba tirado por caballos alados que resoplaban fuego. Los helenos lo representaban en la figura de un joven junto al que aparecía un disco solar.

El lugar donde más importancia adquirió su culto fue la isla de Rodas, donde se celebraban fiestas en su honor.

Uno de los animales que se le sacrificaban en algunos sitios era el caballo blanco.

En algunas representaciones guía un carro tirado por dos o cuatro caballos, unas veces alados y otras no.