Rutas de las calzadas romanas |
La extensa red de
calzadas construida por lo romanos no sólo sirvió para que el ejército pudiera
desplazarse rápidamente sino que también facilitó y mejoró el movimiento de los
ciudadanos y el transporte de mercancías de los comerciantes.
¡¡La longitud total fue de cerca de 100.000 Kilómetros!!
Las calzadas, que
seguían siempre rutas lo más rectas posibles, no eran todas iguales. Destacaban por su importancia las viae militare y las viae consulares. De estas calzadas principales salían derivaciones, las viae vicinale, que comunicaban con poblaciones menores.
¿Qué pasos se seguían para
construir una calzada?
1º
Decidir el trazado de la ruta
Los agrimensores
eran los encargados de trazar el curso de las calzadas. Para ello tomaban referencias
desde un punto alto a otro utilizando posiblemente fuegos. Una vez determinado el trazado de forma general, la utilización de la groma permitía comprobar las alineaciones y la nivelación con exactitud.
La groma era un instrumento que clavado en
el suelo y perfectamente horizontal permitía comprobar la rectitud o no de un
trazado por medio de pesas de plomo. También permitía conseguir ángulos rectos (90º).
Groma - esquema de utilización |
2º
Construir la calzada
Una vez se decidía
la ruta se limpiaba el terreno de
árboles y rocas y se excavaba una gran zanja (gremium) de aproximadamente un metro de profundidad delimitándose la anchura con bordillos. Esta zanja se llenaba con capas
de rocas: Primero las más grandes (statumen) y encima de éstas, piedras más pequeñas (rudus) y
gravilla (nucleus). El objetivo era conseguir una base firme y lisa. Por último se
colocaban las losas (pavimentum o summa crusta) que cubrían la calzada.
Para evitar que se
formaran charcos la superficie de las calzadas no era totalmente plana sino que
tenían un peralte (curva elevada) en la zona central. Con esto se conseguía que
en caso de lluvia el agua fuera a parar a las cunetas para el desagüe que
existían a ambos lados de la calzada.
Calzada romana - recreación |
Calzada romana - Corte transversal |
Calzada romana |
En caso de ser necesario, los romanos construían puentes o excavaban túneles para permitir que la calzada se mantuviera recta y con la mínima pendiente.
A lo largo de los caminos, los romanos colocaron indicadores de piedra a distancias regulares que indicaban la distancia a la ciudad más próxima y el camino recorrido. Estos indicadores se llamaban miliarios y se colocaban a ambos lados de la calzada a una distancia aproximada de 1.481 metros (una milla romana).
A lo largo de los caminos, los romanos colocaron indicadores de piedra a distancias regulares que indicaban la distancia a la ciudad más próxima y el camino recorrido. Estos indicadores se llamaban miliarios y se colocaban a ambos lados de la calzada a una distancia aproximada de 1.481 metros (una milla romana).
Los miliarios tenían forma circular, su altura oscilaba entre 3 y seis metros y su diámetro entre 50-80 centímetros.
Miliario romano |
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